La Taberna Los Gallos abrió sus puertas hace diez años y ahora, la propuesta de Pepe Caldas y Carlos Arias se reinventa para hacernos disfrutar bocados de felicidad y coleccionar momentos inolvidables.
Si hay un meeting point gastronómico en Madrid, ese es la calle Jorge Juan. Y, precisamente en uno de sus callejones, encontrarás la Taberna Los Gallos (Puigcerdá, 6). De antigua casa a precioso restaurante: con terraza en planta calle ¡y en el ático! Varios salones y una elegante propuesta gastronómica en la que no puede faltar el sabor canario, en honor a Pepe Caldas y su tierra natal.
Una cuidada estética que, tras su reciente reforma, quiere que podamos disfrutar del espacio, pero también de su carta. De ahí, su propuesta de medias raciones para compartir platos (y momentos) en una cocina non-stop donde disfrutar de la hora del aperitivo junto a una deliciosa tapa de tortilla de patata casera, ya es todo un icono.

Productos de alta calidad y platos muy acertados. ¿Sus imprescindibles? Las papas arrugadas con mojo, un guiño a Canarias, la tierra natal de Pepe. Las fantásticas croquetas caseras de jamón, han cosechado multitud de adeptos, y sus chanquetes con huevo y pimientos asados se han convertido en uno de sus platos estrella.

Entre las nuevas incorporaciones en carta, hay que destacar el original carpaccio de calabacín al pesto y burrata, ideal para los días primaverales y el falso risotto de carabineros que es un verdadero espectáculo. Entre los platos más clásicos, los dados de solomillo salteados con patatas y pimientos, son una auténtica oda al producto, mientras que, los callos, fuera de carta, que Félix Ortiz, su jefe de cocina elabora con almejas constituyen una magnífica explosión de sabor en boca. Que por supuesto, solo puede finalizar con el bocado más dulce: la crostada de chocolate con helado de vainilla. Simplemente, ¡delicioso!
