Muchas eran las preguntas que flotaban en el aire sobre qué iba a pasar en lamaisoncuando su káiserya no estuviera. Y, aunque la sombra de Lagerfeld siempre será eterna, su sucesora Virginie Viard, sigue con paso firme su herencia para agrandar aún más la leyenda Chanel.
Diecinueve de febrero de dos mil diecinueve. Este fue el día en que el mundo fashiontemblaba al conocer la noticia del fallecimiento del último de los grandes diseñadores –y fotógrafos, galeristas, ilustradores–, de moda del siglo.
Karl Lagerfeld, que se definía a sí mismo como “una ninfómana del trabajo”,ejerció su papel hasta el final, e incluso dejó los deberes hechos con su última colección Otoño Invierno 2019- 2020 en un desfile en el Grand Palais que abrió Cara Delevinge y cerró Penélope Cruz, al que no faltaron ninguna de sus musas y que pasará a la historia.
Pero este fashion showno solo estuvo marcado por las geniales creaciones del alemán, sino que además, supuso la llegada oficial de la que siempre había sido, tal y como él reconocía, “su mano derecha y su mano izquierda también”, Virginie Viard.
Aunque bien es cierto que la francesa había aparecido junto a Lagerfeld en los últimos desfiles de Chanel, y todo hacía presagiar que ella sería quien llevase las riendas en ausencia del káiser, en moda, ya se sabe, nada es seguro. Y decimos esto por lo acostumbrada y obsesionada que está la industria a los grandes nombres ya consagrados.
Sin embargo, Viard no ha necesitado tener un archivo de famosas creaciones ni tampoco haber trabajado para otras marcas (a excepción de Chloé y por petición del propio Lagerfeld) para convertirse en la digna sucesora.
Ella, que empezó como becaria en la casa francesa –en concreto, en el departamento de bordados para después pasar por todas las áreas–, ha desarrollado siempre su carrera en los talleres de la Rue Cambon. Por eso, quien hasta hace no mucho había sido la responsable de supervisar las ocho colecciones al año de Chanel, pasaba a obtener la confianza absoluta del presidente de la maison, Bruno Pavlosky, para dirigir la marca: “El mayor tributo que podemos hacerle (a Lagerfeld) es seguir el camino que él trazó continuando, como él decía, a abrazar el presente e inventar el futuro. Por ello, se confía en Virginie Viard, la colaboradora más cercana al diseñador, el puesto de directora creativa, para que así, los legados de Gabrielle Chanel y Karl Lagerfeld pervivan”,afirmaba en el comunicado enviado tras la muerte del alemán.
Y ahora, ¿qué?
Expectación. Esa es quizá la palabra que mejor definía el estado de ánimo de todo aquel amante de la moda. Pero vamos a situarnos: París, colección Crucero y el reto de presentar sus creaciones por primera vez.
Viard no lo tenía fácil, pero acertó. Apostó por repetir en el Grand Palais al que convirtió esta vez en un tren de época que reflejaba la pasión de Mademoiselle Chanel por los viajes.
Meses después, se enfrentaba a un reto mayor: su primera colección de Alta Costura de invierno, y volvió a confiar su buena suerte a un Grand Palais transformado en una majestuosa biblioteca circular. Con una línea de inspiración años 30, Viard confirmaba que no podía haber alguien mejor para la casa francesa.
“Soñé con una mujer de una elegancia despreocupada y una silueta fluida y libre; todo lo que me gusta del allure de Chanel”, proclamó.
Ahora que ya ha tranquilizado a la industria gracias a su exquisito trabajo, solo queda esperar de quien afirmaba“intentar complacer a Lagerfeld, pero también sorprenderle”, que lo haga con nosotros con la próxima colección Primavera Verano 2020 en septiembre. De momento, lo ha logrado, y la leyenda que creó Coco en 1910 continúa a pesar de la marcha de su káiser.