Cristina Rodríguez, artista de variedades

Contar historias a través de la ropa es su modo de vida. Es única y como diría ella: exclusivamente creativa. Ella es Cristina Rodríguez.

A veces, la vida da muchas vueltas, pero el secreto está en encontrar la manera de avanzar estés donde estés. Por eso, Cristina Rodríguez lo dice alto y claro: “puedes hacer lo que quieras”. Nacida en Benidorm, esta diseñadora de vestuario ha hecho de la moda, una forma pura y creativa de vivir. Quizás no te suene su nombre, pero sí los estilismos de la serie que más triunfa entre las fashionistas, Élite; o si eres de las románticas, de Felipe y Letizia, la serie. Además, Cristina presume de haber sido nominada varias veces en los premios Goya por el vestuario de películas como 3 bodas de más o Por un puñado de besos, entre muchas otras. Se define así misma como una persona llena de amor y que sabe muy bien lo que quiere. ¿Sus ciudades del mundo? Roma, Barcelona y San Francisco. Nos confiesa que se crece ante las adversidades y que siempre presume de dos cosas: amar su trabajo y sentirse libre.

Para todo aquel o aquella que no sepa quién eres… ¿Cómo te definirías a ti misma?

Como una artista de variedades. Soy una persona única y exclusivamente creativa. Es más, solo sé hacer eso. Me considero una persona negada para muchas cosas, sobre todo, si tienen parte técnica o tecnológica. Sin embargo, para todo lo que conlleve moda y vestuario escénico, soy bastante creativa.

Además, he de decir que yo empecé como jefa, cosa que ya es rara de ver. No obstante, creo que, si no hubiera empezado así, no estaría donde estoy ahora. Porque en la escalera de mi profesión y en el cine en general, hay muchas tareas que requieren técnica y yo no valgo para eso. Aun así, soy una persona que intenta captar todo. A mí, lo que más me interesa es la gente.

Hablando de Cris… En tus redes te llamas @lavidaencris… ¿Es Cris una forma de vida?

Completamente. ¿La razón? Es sencilla. Tengo una vida diferente, no sé si podría decir que es peculiar. No he tenido hijos, y con la vida que llevo, estoy contenta de no haberlo hecho. Vivo con mucha libertad. Actualmente, tengo pareja, es más, me voy a casar muy pronto. Él hace que sienta que puedo ser yo misma, que soy completamente libre.

Y por si eso fuera poco, amo mi trabajo. Siempre he puesto los huevos en la misma cesta. Trabajo muchas horas, pero nunca es suficiente. Creo que la mayor aspiración de un ser humano es ser feliz con lo que hace. Aunque no soy abnegada, siempre que doy, quiero recibir.

A mí, lo que más me interesa es la gente”

¿Y dónde nació esa pasión por dedicar gran parte de tu vida al vestuario de cine?

Mi vida siempre ha girado en torno a la moda. Mis padres tenían una tienda y cuando yo era pequeña hacía los deberes ahí. Gracias a mi padre y al hecho de haberlo acompañado a la mayoría de los desfiles, me planteé ser diseñadora. Es más, me formé para ello; pero como quería estudiar algo más, nos dieron un curso muy personal. Ramón Ibar, encargado de hacer casi todo el vestuario del Liceo, me dio clase. Ahí fue donde yo descubrí qué era lo que realmente quería hacer.

Siempre he querido ganar un Goya y el vestuario de cine te muestra que, en gran medida, eres una titiritera, porque cada cierto tiempo cambias de equipo, de gente… Aunque para mí, eso es un plus, porque tengo un serio problema con el aburrimiento, y me aburro muy fácilmente si estoy mucho tiempo en el mismo sitio.

¿Cómo es el proceso de trabajar en el mundo del vestuario de cine?

Te voy a contar un secreto: en este mundo, a no ser que seas Amancio Ortega, siempre tendrás jefes que estén por encima de ti. Yo tengo un director que me supervisa. Es con el que hablo, el que me dice que sí o no. Mi principal misión como jefa de vestuario de cine es que los actores se sienten cómodos con lo que sea, intento que estén a gusto. Aunque soy consciente de que es muy difícil quitarte de ser “yo” para convertirte en un personaje. Otra realidad es que siempre cuentas con menos dinero del que tienes, pero hay que acoplarse. Y es lo que yo hago.

Cristina Rodríguez

Ahora, hablemos de lo que todo el mundo quiere saber: Élite. Has sido la que ha creado todos los looks, pero… ¿De dónde nace la inspiración?

Yo me inspiro en la calle, en las revistas, o en redes sociales como pueden ser Pinterest o Instagram… En ellas, sigues a gente porque te interesa cómo visten, lo que trasmiten… Sin embargo, la realidad es que solo creas si miras, escuchas y te documentas.

Te voy a poner un ejemplo: hace poco me encargué del vestuario de una película que iba sobre prostitución. ¿Y sabes qué hice? Irme a los burdeles, comer con ellas, entenderlas… Eso me permitió comprender muchas cosas. Muchas veces, te inventas la realidad porque no quieres verla.

Hay muchos que afirman que Élite ha marcado tendencias como las diademas, las mangas abullonadas o el llamado el “estilo Waldorf”… ¡Has marcado una era!

¡Pero no me digas! ¡No tenía ni idea! La verdad es que poco después de estrenar la primera temporada, vino el director para decirme que HBO había sacado una serie con unos uniformes muy parecidos, pero lo mejor que te puede pasar es que otros se inspiren en ti.

Lo mejor que te puede pasar es que otros se inspiren en ti”

Pero confiesa, ¿muestra Élite cómo te hubiera gustado vestir en el instituto?

Yo dejé el instituto en el 87, pero hay quien dice que creé la cadera baja. No sé si eso será verdad, pero es cierto que le pedía a mi madre que me hiciera todos los vaqueros más bajos de los normal. Dicen que en los 80 todo se llevaba, pero eso no es verdad. Todo se lleva, pero todo se lleva ahora.

¿Qué supone el vestuario en una serie o película?

Lo que una persona ha de tener claro es que el vestuario en el cine marca tendencia, al igual que los diseñadores. No todos lo hacen, pero muchos sí. ¿Un ejemplo? La película, La naranja mecánica. En ella, se viste a unos sociópatas de blanco con un bombín y unas cosquillas. Ellos son los malos de la peli y de la vida en general. ¿Lo mejor? Que la gente comenzó a vestirse como ellos para fiestas o eventos. ¿Cuántas veces ha habido un look tan icónico? Hacemos mucho, más de lo que os imagináis. La gente quiere parecerse a nuestras creaciones.

Por lo que me cuentas, creo que quieres decirme que la gente no es muy consciente de esto…

En absoluto. Desgraciadamente, cuando ves una película no eres consciente de todas las artes que se entremezclan: la música, el guion, el pie de foto, los fotógrafos, los actores, los decorados, los diseñadores de vestuario… Y solo funciona cuando todo está bien. Es por eso que, cuando alguien opina que el cine no es cultura, digo: ¡pobre gente!

Cristina Rodríguez

Antes has dicho que siempre has querido ganar un Goya… ¿Es ese tu sueño frustrado?

Ya no. Siempre he querido ganar uno, pero algo me dice que, tarde o temprano y tocando madera, lo haré. Si hablamos de sueños frustrados, te diré que me hubiera gustado ser actriz. Aunque debo ser sincera y es que tengo una sensación: sin sonar vanidosa, siento que puedo hacer todo lo que quiera. No todo el mundo tiene que ser protagonista. A veces, la gente es muy dura y crítica con los otros. Sinceramente, creo que deberíamos ser más generosos con el éxito de los demás.

¿Y qué es ser hortera?

Es ser kitsch, ese movimiento que todos entendemos y nos parece guay. Eso sí, si lo españolizamos y decimos hortera, deja de gustarnos. Puede que horteras sean chonis, pero a mí me encantan. Porque, ¿revoluciona la moda una mujer vestida de negro y que es muy elegante? No ¿Cuenta algo? No. Lo que está claro es que los horteras influyen más en la gente.

Creo que deberíamos ser más generosos con el éxito de los demás”

¿Por qué o quién lucharías hasta quedarte sin aliento?

No sé si soy tan fuerte para quedarme sin aliento por algo o alguien. Está claro que no soy Gandhi. Pero hay cosas que no puedo soportar, como la pederastia, ni la esclavitud, ni cómo miramos hacia otro lado. Tampoco la prostitución, ni la apología del no feminismo. A veces, me siento como en el siglo XVIII. En España sí hay machismo y sí hay violencia machista. Me dan ganas de vomitar. Ahora que caigo, puede que sea un poco intolerante, pero tengo claro que hay cosas por las que quiero luchar.

Y ya para finalizar… Has dedicado gran parte de tu vida a la moda, ¿qué dirías que es lo que aporta a la vida de una persona?

Todo. La moda aporta poder contar quién eres y aporta a los demás que sepan quién eres. Es una maravilla. Si algo tengo claro, es que me dedico a contar historias a través de la ropa.

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