Paloma Suárez: “La gente no debería quedarse solo con lo que hay superficie”

Conocida por ser uno de los nuevos talentos de la moda española, Paloma Suárez se ha convertido en la diseñadora por excelencia de celebridades como Aitana, las Sweet California o Chloe y Halle Bailey. ¿Su secreto? No tener ambiciones, tampoco límites.

Si algo define a Paloma Suárez es que es un ser lleno de luz, además de tener mucho talento para el diseño de moda. Su carrera comenzó pintando zapatos, sin grandes ambiciones y como un hobby. Con el tiempo, descubrió que había encontrado un propósito en la vida: dedicar su vida al mundo del diseño. Actualmente es reconocida por vestir a numerosas artistas como Aitana, Ana Guerra, las Sweet California y nada más y nada menos que Chloe y Halle Bailey, teloneras de Beyoncé en la gira On The Run Tour II. Por eso, cuando le preguntamos por su presente, Paloma Suárez lo dice alto y claro: “Ya no creo en las casualidades. Me han pasado varias cosas que me han hecho creer en el destino”. Ahora y con un futuro prometedor por delante, la diseñadora nos cuenta cuál es su visión sobre la sostenibilidad, las nuevas generaciones y la fama.

No todo el mundo puede decir que comenzó pintando zapatos…

No, la verdad es que no. Es una historia atípica que revela el secreto de todo lo vino después y de lo que me ha llevado a estar donde estoy. Yo quería ser arquitecta, como mi padre. En su oficina dibujaba mucho para no molestarlo, pero mis dibujos no eran vestidos, sino casas o animales.

A los 12 años, mi padre me enseñó la casa de Manolo Blanhik, me contó su historia y me quedé en shock. Porque hasta la fecha yo no conocía a nadie que llevara una vida “fuera de lo normal”. En ese momento, se pusieron de moda las AllStar de Converse, y como pasa con todas las modas, comenzó a llevarlas todo el mundo. Por eso yo no las quería, pero durante las vacaciones, les pedí unas falsas a mi madre para que yo pudiera pintarlas. Me apetecía un montón y cuando la gente me las vio puestas, comenzó a pedirme que les hiciera unas.  

“Mi empresa no nació con el objetivo de vestir a Beyoncé. Yo sí puedo decir que mi hobby es mi vida”, Paloma Suárez.

Si no me equivoco, al cabo de un año, tenías alrededor de 300 pedidos. Y al cabo de dos, una lista de espera de 2.000 pares… Son muchas para una niña de 12 ó 13 años…

Lo sé, pero mi madre me ayudaba y yo siempre decía que las haría cuando tuviera tiempo. No lo veía como una imposición. Solo cobraba lo que me costaba el zapato, 18 €. Diseñé hasta mi propio logotipo y a los 14, registré la marca.

Con ayuda de un blog te hiciste muy viral en España y de forma internacional. ¿Fue ahí cuando te diste cuenta de que habías nacido para esto?

De forma consciente, no. Un día iba por la calle y una niña me reconoció y me pidió un autógrafo. Fue el mejor día de mi vida. Después de eso, les dije a mis padres que quería ser diseñadora de moda. Pero todo fue sucediendo de manera intuitiva, nunca tuve una mentalidad empresarial. Solo sabía que me gustaba y que disfrutaba del proceso. Y me encanta que me inicio sea así. Mi empresa no nació con el objetivo de vestir a Beyoncé. Yo sí puedo decir que mi hobby es mi vida. Además, con los años me he dado cuenta de lo marcada que he tenido mi estética siempre.

La primera vez que desfilaste tenías 22 años, ¿qué es lo que recuerdas?

¿Sinceramente? Que fue el segundo día mejor de mi vida. Yo estaba en la universidad y llegar hasta ahí, ya había sido costoso porque lo tenía todo en mi contra. Para que te hagas una idea, mi madre llamó al Ministerio de Educación unas 17 veces. No se creía que hubiera un grado de Diseño de Moda. Al final lo conseguí y por eso quería ser la mejor. Cuando estaba en el último curso, diseñé mi empresa para el TFG. Eso me ayudó mucho a crear una estructura sólida. Hice una colección para acompañar el proyecto y me presenté a EGO, la pasarela de jóvenes diseñadores de la Semana de la Moda de Madrid, porque ya estaba hecha. A los dos días de graduarme y de marcharme a casa, me llamaron para decirme que me habían seleccionado para desfilar.

Corriendo, llamé a mi universidad. Era la primera alumna que había conseguido entrar en EGO.  Yo no tenía nada y ellos me ofrecieron toda su infraestructura para que yo pudiera trabajar. Me pillé el primer vuelo de La Palma a Madrid, y me puse a trabajar como una loca con ayuda de mi madre.

Lo recuerdo como algo increíble porque la energía fue brutal, tenía muchas inseguridades. Había trabajado en las bambalinas y sabía qué era estar ahí. Me sentía pequeña en cuanto a la infraestructura de los demás. Pero cuando salí, jamás se me olvidará, porque detrás de mí vino Beatriz de Asís, de Vogue, para tomarme unas declaraciones. Me sentí muy especial porque toda mi vida había leído Vogue. Además, es de las colecciones que más he vendido. Técnicamente no era perfecta, pero era de verdad. Y ese sentimiento se ve y la gente lo consume.

“Siempre digo que la moda es como una droga”, Paloma Suárez.

Tu objetivo no era la moda, pero has acabado formando parte de ella. ¿Qué has encontrado en este mundo que no has conseguido encontrar en nada más?

Siempre digo que la moda es como una droga. Te engancha, y cuando quieres dejarlo, no puedes. Destacar en esto es muy difícil, y más ganarte el respeto de la gente. La moda tiene algo que hace que siempre quieras crear más. Yo necesitaba canalizar mis pensamientos y mi idea de comunicar, y la moda era el camino perfecto.

Entonces, ¿se nace o se hace?

Desde mi perspectiva, se nace. Porque desde el principio, sentía esa necesidad. Solo era cuestión de encontrar el camino. Esto les pasa a muchos artistas y por eso son multitudinarios. Yo sentía que estaba en medio de la nada, hacía muchas cosas y con todo me sentía bien, pero hasta que no encontré mi camino, no sentía que tenía un objetivo por el cual vivir. Ahora sé qué puedo aportar en el mundo.

Sin embargo, muchos achacan a la industria de elitista y clasista, pero ¿es así?

Es lo que se habla. Y desde fuera es normal que lo pienses porque, al final, esta industria se puede entender como un mundo frío que tiene por base la imagen. La moda, si no la vives desde dentro, puede que cause rechazo. A mí al principio me pasaba, pero ahora las tornas han cambiado. Hay que aprender a ver lo que hay detrás de las imágenes, porque es lo mismo que cuando alguien observa un cuadro abstracto y piensa que solo son tres rayajos. Vamos ciegos por la vida hasta que aprendamos a leer las cosas. La gente no debería quedarse solo con lo que hay superficie.

¿Y qué opinas de la sostenibilidad?

Me parece que es fundamental. No hemos tenido respeto por nada en mucho tiempo. A veces, el ser humano piensa que está por encima de todo lo demás. Aunque, en mi caso, creo que peco poco de empresaria, porque prefiero respetar a mis costureras antes que vivir montada en el dólar.

No obstante, la moda también es la segunda industria más contaminante del planeta, ¿qué podríamos hacer para deje de serlo?

Lo primero es que se fabrican cosas que no son necesarias. Por eso, yo tomé la decisión de fabricar solo bajo pedido. Así, se consume de forma sostenible. Lo malo es que esto es un modelo de negocio para aquellas empresas que no tienen una distribución masiva. Aunque quizás deberíamos replanteárnoslo. Eso y educar a la sociedad.

“Sentía que estaba en medio de la nada, hacía muchas cosas y con todo me sentía bien, pero hasta que no encontré mi camino, no sentía que tenía un objetivo por el cual vivir”, Paloma Suárez.

Entonces, ¿dirías que es un problema educacional?

Claro que es un problema educacional. Las camisetas que cuestan tres euros son una falta de respeto humana y medioambiental. Debemos enseñar a la población que, con buenas prendas, podemos adaptarnos a todas las tendencias. Porque la tendencia y el estilo lo pone la persona. Por eso, en Paloma Suárez, lo que nos importa es crear prendas con contenido.

¿Las nuevas generaciones vienen concienciadas?

Sí, tienen una visión distinta de las cosas. Han nacido con ese talento. Están preparados, tienen proyección internacional y saben de todo. Además, se interesan más por las cosas.

Como talento emergente, ¿son esas tres cualidades: preparación, proyección internacional y conocimiento lo que diferencia a los jóvenes diseñadores de “las viejas glorias”?

Con todos mis respetos a quienes han marcado un antes y un después en la industria de la moda, el cambio radical que hemos experimentado era necesario y adaptado a los nuevos tiempos. Ahora tenemos acceso a multitud de información. Nuestra visión es más global, disponemos del desarrollo de materiales diferentes, de fibras textiles… Podemos combinar moda y tecnología. Somos más flexibles, más frescos y seguimos teniendo esa vocación y esas ganas del buen hacer. Pero ahora los jóvenes necesitamos innovación.

Tu objetivo no era vestir a Beyoncé pero estás muy cerca de hacerlo. Paulina Rubio, Aitana, Ana Guerra, las Sweet California… ¡Eres la nueva diseñadora preferida de las celebridades!

La verdad es que esto me genera mucha ilusión, porque cuando no es tu objetivo y lo consigues es doblemente gratificante. Te pilla sin estar en la retaguardia. No estaba preparada para esto. Pero me ha cambiado la vida. Antes no tenía mucho posicionamiento dentro de la vida de las celebridades, pero en 2018 me llamó el asistente de la estilista de Beyoncé de Los Ángeles para que le dejara ropa a las hermanas Chloe y Halle Bailey para cantar en los BAFTAs.

Es muy difícil que te tengan en cuenta para vestir a las artistas. No hay garantías, pero a raíz de ahí… Todo fue creciendo. Chloe y Halle Bailey me volvieron a llamar para que les diseñara la ropa de la gira en la que iban a ser teloneras de Beyoncé. Fue entonces cuando los estilistas de España me hicieron caso. Y ya no ha habido un solo día en el que no dejemos algo a alguien. Es una locura. Desde vestuarios de giras, alfombras rojas, hasta programas, editoriales, conciertos… Mi público ya no es solo el de la calle. Ahora puedo decir que mi cliente principal son las clientes VIP. Por eso, también puedo decir alto y claro que ya no creo en las causalidades. Me han pasado cosas que me han hecho creer en el destino.

“Mi público ya no es solo el de la calle. Ahora puedo decir que mi cliente principal son las clientes VIP”, Paloma Suárez.

Y ya para terminar… Para ti, ¿cuál es la diferencia entre el éxito y la fama?

Mucha gente asocia el éxito a la fama, pero esa no es la base. El éxito es encontrar un objetivo por el que vivir. Es no rendirte nunca, a pesar de las cosas que te puedan pasar. Sentirte realizado, feliz y aportar cosas positivas al mundo. La gente debería luchar por aportar luz, no por dar sombra.

Sin embargo, la fama puede ser una consecuencia del éxito. En mi caso, he conseguido crear un nombre y crecer. Pero no tengo ansias de ella. Nunca las he tenido y nunca las tendré.

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