Las 29 firmas que apuestan por la moda flamenca ya han sentado las bases en materia de tendencias. La nueva temporada de moda flamenca comenzará el próximo mes de abril y más de 10 mil amantes del traje regional más popular a nivel internacional no han querido perderse la séptima edición de We Love Flamenco, la cual ha puesto su broche de oro con una jornada de domingo compuesta por los desfiles de ocho diseñadores.
Mercedes Dobenal ha abierto la sesión de mañana con ‘Contrapunto’, una colección llena de vanguardias que han coqueteado con los trajes más clásicos: tiras bordadas, madroños y encajes. Seguidamente, El Madroñal ha presentado ‘Herencia’, una colección repleta de motivos tradicionales de la moda flamenca y un colorido hecho con volantes de capa y mangas asimétricas. ‘Resilencia’ de la firma Ventura ha cerrado la mañana con un binomio de blancos y negros, los cuales han reinado en sus creaciones, llenas de detalles y complementos metálicos. Después, Javier Villa, codirector de GO! Eventos y Comunicación ha entregado el Premio a Mejor Modelo WLF 2019 a Clara Campón.
La tarde la ha abierto Juan Boleco, con su nueva colección ‘Quimérica’, tan mágica como vanguardista. Los puntos y los tejidos plisados en tonos amarillos, rosas y corales han sido los protagonistas de las propuestas, donde los lunares tampoco han faltado. Mónica Méndez ha presentado luego su ‘Metamorphosis’, aderezando a las flamencas más tradicionales con las vanguardias y volúmenes más novedosos. El toque punk lo ha puesto el diseñador Javier Mojarro, con su colección ‘Rave’, para la que se ha inspirado en “las resacas, la explosión de color, el neón y la música techno”. Daniel Robles ha bebido de la emblemática Giralda sevillana para componer una serie de diseños de tejidos ligeros y llenos de caída. Cuadros vichy, flecos y muchas aplicaciones han destacado en las flamencas del diseñador mairenero.
La firma Rosa Pedroche ha sido la encargada de cerrar la pasarela con su colección ‘Modo ON’, llena de estampados, lunares y mucho terciopelo. La pata de gallo también ha despuntado entre sus creaciones, que no han dejado indiferente a nadie.
La reconversión del flamenco ha llegado. Sus líneas tradicionales se despiden para dar la bienvenida a líneas más vanguardistas. Todo eso sin perder lo que caracteriza tanto a este traje regional: el arte.