Descifrando el enigma del acné en cuarentena

¿A ti también te han salido más granitos estando en casa? Los expertos coinciden: la situación que estamos viviendo tiene gran parte de culpa, y esto hace que nuestra piel producto más grasa o sebo de lo que debería. Pero… ¿Por qué ocurre y cómo solucionarlo? Es el “acné de confinamiento” y vamos a descifrar el enigma.

El estrés

El estrés previo al confinamiento era de un tipo y la reclusión ha podido eliminarlo en cierta medida, pero se ha visto más que reducido, usurpado por un nuevo tipo de tensión mental, la de la incertidumbre y la de la sensación de no llegar a tiempo a nada. Niños en casa a los que hay que ayudar con sus clases al tiempo que se está teletrabajando, miedo por “el qué vendrá”, pena provocada por la situación… “Son numerosísimos los factores que no solo están alterando nuestra calma, la están descolocando. De una forma u otra nos acostumbramos a determinados tipos de estrés y nuestra piel lo recibe como algo normal, pero ahora la situación es diferente, y el no saber sobrellevarlo a nivel mental, se somatiza directamente en nuestra tez, que se desequilibra. Pueden ocurrir dos cosas en este sentido, que pierda la barrera lipídica, se seque y se irrite, o que empecemos a segregar una mayor cantidad de sebo, tanta que bloquea los poros y facilita los procesos infecciosos que causan la inflamación y los granitos”, comenta Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8.

Las fundas de las almohadas

Aunque no son la causa principal o, más bien, directa, las fundas de almohada son –y siempre han sido–, una gran fuente de infección y causantes de brotes. La tendencia media dice que se cambian las sábanas una o dos veces por semana, pero Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza, recomienda: “hacerlo todos los días o en días alternos, sobre todo en pieles con mucha producción de grasa. Hay que pensar que esa grasa se deposita en las almohadas al apoyarnos en ellas y se va oxidando, coge bacterias… Si nos volvemos apoyar en ella, estos agentes pro-infección irán directamente a nuestro rostro”.

La congestión por exceso de cremas

Con la reclusión se está viviendo un mayor cuidado de la piel, a veces excesivo. “En muchos casos, estamos congestionando las pieles con más principios de los que pueden asumir, o más nutrientes de los que necesitan”, explica Valeria Navarro, de directora técnica de Boutijour. Si antes se usaba una mascarilla nutritiva cada semana o quince días, al utilizarla ahora más de lo habitual, puede que se le esté aportando a la piel muchos más activos de los que realmente necesita. En esta situación, la dermis responde muchas veces con brotes por una congestión producida por un exceso de activos, casi siempre de base lipídica.

La sobre-exfoliación

Tan malo es aportar demasiado, como quitar más de lo que se necesita. Al contrario de lo que ocurre con el uso de las mascarillas nutritivas, muchos están usando más tónicos exfoliantes, peelings químicos o enzimáticos de uso casero, mascarillas con alfa o betahidroxiácidos… “La piel se puede exfoliar a diario cuando los productos tienen una concentración de activos apta para ello, presente en tónicos o limpiadores, por ejemplo. Pero los productos que hacen un peeling añadido, utilizados con más asiduidad de la habitual, pueden hacer que le quitemos a la piel más de lo que necesita, destrozando a veces su barrera lipídica”, comenta Bella Hurtado, directora de educación de Aromatherapy Associates. Esta barrera es la que guarda la humedad en la piel. Si se ve menguada, la piel hará por producir más sebo para equilibrarlo, pasándose en ocasiones y produciendo el efecto contrario al que se deseaba: más brotes.

Mala alimentación

Elemento clave también. La Semana Santa o el cambio de rutinas provocan que, en ocasiones, se peque un poco más de lo debido. “Cuando ingerimos muchos alimentos ricos en azúcares, aumentamos los procesos de glicación e inflamación del organismo y la piel. Además, se generan más obstrucciones intestinales que se somatizan directamente en la piel”, explica Raquel González, directora de educación de Perricone MD, firma cosmética que tiene un programa alimenticio en base a las teorías del Dr. Perricone, con un cambio de rutinas para comer de manera más saludable y evitar los procesos inflamatorios que causan el envejecimiento, entre otras cuestiones. Se deben comer más alimentos antiinflamatorios: verduras de hoja verde, frutas bajas en azúcar y ricas en fibra, proteínas de bajo índice glicémico, alimentos ricos en antioxidantes (frutos rojos o té verde, por ejemplo) y omegas, presentes en el pescado azul, sobre todo. La experta añade que “cuando ingerimos muchas grasas saturadas, estas también se reflejan en la piel. Metemos grasa al cuerpo, y así de una manera indirecta engrasamos nuestra piel, favoreciendo estos procesos acneicos”.

¿Qué podemos utilizar para regularlo?

1/ Anti-Blemish Soluitons Cleansing Gel, de Clinique (27 €). Gel limpiador ligero ultra suave que ayuda a eliminar granitos y prevenir futuros brotes.

2/ ClearCalm. Non-Drying Spot Treatment, de REN (17 €). Tratamiento para imperfecciones localizadas, para aplicar dos veces al día en la zona a tratar y el área circundante.

3/ Blemish Control Pads, de Medik8 (42,50 €). Parches con ácido salicílico al 2% para romper el sebo y equilibrar, exfoliar, curar con alantoína e hidratar con glicerina.

4/ Silver Skin Saviour, de Omorovicza (75 €). Lleva plata coloidal, que tiene poder antibacteriano, niacinamida calmante para los brotes, ácidos salicílico y glicólico.

5/ Intensive Pore Minimizing Toner, de Perricone MD (45 €). Tónico de uso diario con ácido salicílico para pulir y romper el sebo, complejo de cobre regenerador y curativo y DMAE reafirmante.

6/ Acniben Minimizador De Imperfecciones Localizadas, de ISDIN (11,95 €). Formato mono dosis para minimizar los brillos faciales en cualquier momento y lugar. Eliminan el exceso de sebo, ayudan a desobstruir los poros e higienizan la piel en profundidad.

7/ Sebamed Clear Face Hidratante Gel Oil Free (c.p.v.). Gel transparente, hidratar y cuidar la piel sin engrasarla. Fórmula con ácido hialurónico y extracto de Aloe.

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