“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado”, con este testimonio comienza Modesto Lomba, de Devota y Lomba su desfile, presentando Edén.
Es una mirada al origen, la cual nos plantea un cambio radical de rumbo, un renacer, reiniciar en un espacio diseñado para ser libres. La apertura, con música y el sonido del agua, dan paso a una colección limpia, clara y sostenible. Porque si algo pretende Devota&Lomba es reivindicar la actitud con la que consumimos.
La colección juega con las estructuras, coretes rectos y en mini faldas, pantalones palazzo y vestidos… Todo con gran ligereza y un toque evidente a los 60. Es una colección relajada, que nos permite ver el edén de otra forma.
¿Algo a destacar? Los accesorios. Sobre todo, los sombreros. De miembro que dibujan sombras en las caras de las modelos. Y en cuanto a la gama cromática, los amarillos, beiges y blancos se fusionan con los azules y realzan la suavidad y la pureza de los inicios.
Todo es magia, todo es edén, todo es Devota y Lomba.