La Giralda es uno de esos restaurantes que nunca fallan. Por el pescaíto frito, sus arroces y toda la esencia del sur que puedes encontrar en su emblemático local de la calle Claudio Coello, en pleno barrio de Salamanca.
Hay restaurantes que cuentan una historia y, en el caso de La Giralda, es la de Carmelo Espinosa. Él (que soñaba son ser novillero) siempre estuvo fascinado por la cultura, tradición y gastronomía del Sur de España. Tanto que junto a su mujer en 1976 decidió abrir una pequeña freiduría en la calle Hartzenbusch. Muy probablemente en aquél entonces fueron pioneros en ofrecer pescaíto frito de mayor calidad en Madrid y, hoy día, son todo son un referente con su restaurante en la calle Claudio Coello 24, inaugurado en 1994.
Rindiendo homenaje a su gran pasión, el mundo taurino, la Giralda es un restaurante nos seduce con una decoración de corte tradicional con guiños al mundo del toro. Una estética de estilo Andalusí que nos embriaga con azulejos pintados, adornos de forja y escenas de tauromaquia. Un amplio local que cuenta con dos plantas, un íntimo reservado y una preciosa terraza a pie de calle.
En su carta, Carmelo rindiendo homenaje a su tierra natal, ha querido incluir los platos más emblemáticos de las distintas provincias andaluzas. Desde las magníficas chacinas, pasando por sus míticas frituras, hasta llegar a las carnes y pescados y, a sus sabrosos arroces. Una propuesta gastronómica protagonizada siempre por un producto de primera, que invita a acompañarlo de la típica manzanilla o de su amplia y cuidada carta de vinos. Entre los postres de La Giralda, todos ellos caseros, no se pueden pasar por alto, la leche frita, los piononos de Santa Fé o sus magníficos crêpes suzette.
Un restaurante en el que Carmelo ha reflejado su vida y pasión durante más de cuarenta años, trasladando su saber hacer a su familia, siempre acompañado por sus cuatro hijos: María, Germán, Paco y Carmelo.
