Barrio Salamanca, en Madrid. Un lugar tranquilo. En el que comer bien, muy bien. De esos de mesa y mantel. Vamos, un restaurante de los de siempre. Clásico y bueno. Así es Maldonado 14, con Julián en sala y Paco a los fogones.
Cuando en un restaurante la base es el producto, se nota. Es algo que siempre tuvieron claro Julián Barbolla y Francisco Vicente, quienes se embarcaron en este proyecto en 2010 con las ideas muy claras. La ubicación es perfecta, en plano barrio de Salamanca y su nombre te resultará fácil de recordar: Maldonado 14. Sin pérdida.
Un restaurante sofisticado y exclusivo, con precios comedidos. Es siempre un rotundo acierto cuando lo que buscas es comer bien. Porque sus creadores, naturales del encantador pueblo segoviano de Cascajares, nos sorprenden con una exquisita propuesta gastronómica que plasma su paso por las mejores cocinas. Entre ellas podemos destacar las de Zalacaín o las Cuatro Estaciones, donde adquirieron las tablas necesarias para montar su propio negocio. Algo clásico, no muy grande, con un trato personal y una atención cuidada.
En su carta (no necesariamente muy extensa) nos recomendaron las Sardinas marinadas sobre pan con tomate. Como buen clásico, los guisos están presentes, y los Callos a la madrileña son espectaculares. Entre sus ensaladas, destacada de la Bogavante tibia al vinagre de sidra y si bien cuenta con una selección de arroces, no decantamos por el Rape asado con chipirones plancha y picadillo de aceitunas y el Steak Tartar de solomillo «cortado a cuchillo». De postre, su Tarta fina de manzana es increíble. Importante: necesita 20 minutos de preparación, ¡pídela con tiempo!