“Concienciar y concienciarnos”. Es el lema de las nuevas caras del mundo de la moda. ¿Su visión? Innovar y proyectar hacia un futuro mucho más sostenible.
Se caracterizan por tener una visión mucho más internacional – y también más sostenible. Porque les preocupa el medio ambiente y también el hecho de que la industria textil sea una de las industrias más contaminantes del planeta. Por eso, han decidido apostar por la tecnología a la hora de crear. ¿Ellas? Ardën y Cherry Massia.
“Mediante la sostenibilidad también podemos ser competitivos, que la visión del desarrollo sostenible debe ir más allá, y que el objetivo debe ser asegurar la continuidad de las empresas y del planeta”, Ardën.
Ardën
Carolina Barranco, alma máter de Ardën, cree fielmente que el trato que se le ha dado a nuestro planeta no ha sido nada racional “Hemos derrochado y desaprovechado los recursos para las necesidades de los seres humanos”, nos explica. Por eso, la idea y el desarrollo de la sostenibilidad es un pilar fundamental en su marca. Comenzó como una nueva forma de sentir la moda, porque para su creadora, este mundo no es solo ropa, sino “una forma de vivir y de sentir. Son nuestros propios sentimientos que se representan al exterior”, nos cuenta.
Es una firma que se deja inspirar por las energías positivas que aporta la vida, también por la música (sobre todo, por la de los ochenta). Todo ello para crear piezas llenas de libertad, expresión, exclusividad y estampados que puedan alegrarte el día. Sin embargo, su creadora es clara con la realidad que le rodea, y a pesar de que su objetivo es “lograr un equilibrio entre sus dimensiones y fases para asegurar la continuidad de la empresa a largo plazo mediante una producción responsable”, Carolina sabe que eso no va a ser tan fácil, porque en esta ecuación entran dos factores: la sociedad y las empresas. “Podemos decir que la sociedad y las empresas son parte del desarrollo sostenible, es decir, es una responsabilidad de todos. Por lo que hay que dejar claro que mediante la sostenibilidad también podemos ser competitivos, que la visión del desarrollo sostenible debe ir más allá, y que el objetivo debe ser asegurar la continuidad de las empresas y del planeta”, nos explica.
Sin embargo, en Ardën no se limitan a utilizar el eslogan de una moda verde, sino que proponen alternativas a la creación de fibras vírgenes. “¿Una solución? Para empezar, se debería reducir el consumo de energías para así ser más eficientes, reducir el uso de agentes químicos y el gasto del agua en las fases de producción. Sólo el 1% de los tejidos se reciclan, y esto es una alternativa que deberíamos poner en práctica ya de ya”.
“Como creadores deberíamos ser conscientes de que producir por producir hoy en día no tiene ningún sentido”, Cherry Massia.
Cherry Massia
El satén es su tejido fetiche, pero a Irene Romero Massia, todo el mundo la llamaba Cherry. Así, a la hora de crear su marca, decidió apostar por Cherry Massia, una firma que reinterpreta los códigos del lujo urbano, otorgándoles un significado muy conceptual. “La moda puede parecer un mundo elitista y superficial, y para muchos lo es, pero lo interesante para mí es que nos brinda la posibilidad de alzar la voz, de visibilizar ciertas realidades y de comunicar un mensaje de una forma clara y concisa. Considero que la ropa es como una coraza que podemos elegir, que nos protege, nos define y nos delimita. La moda evoluciona con el mundo y el mundo evoluciona con la moda, todo influye en ella y viceversa”, nos explica la diseñadora.
Tiene en cuenta que, ahora mismo, el Made in Spain es un valor añadido a la hora de crear. Por eso, sus colecciones ensalzan la dualidad, la lucha y la feminidad de las mujeres. La sostenibilidad, como Irene nos cuenta, “es un pilar totalmente necesario que hay que tener en cuenta a la hora de desarrollar cualquier actividad en cualquier ámbito hoy en día”.
Porque si algo está claro es que el mundo de la moda, además de ser creativo, también contamina. “Como creadores deberíamos ser conscientes de que producir por producir hoy en día no tiene ningún sentido, hay que actuar con cabeza, siendo conscientes de la realidad del mundo en el que vivimos e intentando aportar nuestro granito de arena en la medida de lo posible”, añade. Y por eso, y como parte de una nueva generación de artesanos, la diseñadora es clara, tienen mucho que decir y una visión propia y personal tanto de la moda como del mundo: “Somos jóvenes consecuentes con el contexto social, económico, cultural y político en el que vivimos. Tenemos ganas de innovar, de arriesgar y de mostrarle al mundo todo lo que llevamos dentro. Muchos de ellos son amigos míos y hay un clima de compañerismo muy bonito. Por eso, me siento muy orgullosa de formar parte de esto”.