Es una artista, de la cabeza a los pies. En cuestión de año y medio, Marta Leyva decide dejar atrás la traducción para dedicar su tiempo (y su vida) a la pintura. Después de ‘Evasión a lo exótico’, su último trabajo, la artista nos muestra lo que hay detrás de la brocha y el pincel. A petite comité, nos enseña su faceta más íntima.
Un libro. La elegancia del erizo de Muriel Barbery.
Un adjetivo que te defina. Calmada.
Un pintor. Chloe Wise.
Antes muerta que…. Sin sentido del humor.
¿Blanco o negro? Negro.
Un lugar para perderse. Cualquier lugar sin gente.
Un vicio sano. Chocolate.
¿Qué serie te hubiera gustado protagonizar? Friends.
¿En qué te inspiras a la hora de crear? En la belleza.
¿Día o noche? Día.
¿Qué te llevarías a una isla desierta? A un humorista.
¿Qué hubieras sido de no ser artista? Bailarina.
Una ciudad de España. Barcelona.
¿Y del mundo? París.
¿Colores fríos o cálidos? Cálidos.
¿Playa o montaña? Playa.
¿Una asignatura pendiente? Aprender a tocar el piano.
Una canción para la ducha. ‘Congratulations’ de Post Malone.
Un recuerdo favorito. Las comidas familiares de la infancia.
¿Cuál es la película perfecta para un especial peli, manta y palomitas? ‘The hundred food journey’.
¿En qué artista te gustaría reencarnarte? Picasso.
Un básico de armario. Camiseta blanca.
¿Dónde podemos seguirte la pista a partir de diciembre? Instagram: _martaleyva_.
Un hobbie fuera de tu profesión. Bailar.
¿Qué es lo mejor de ser artista? Ser tu propia jefa.
¿Y lo peor? Lidiar con gente no profesional del mundo del arte.
¿Cómo sería un día perfecto? Buen desayuno, pintar en mi estudio, ir al gimansio, cenar, leer y ver humor para irme reída a la cama
¿Musicales o conciertos? Imposible elegir.
Una manía. El tabaco.
Si fueras otra persona o cosa, serías… Si fuera otra persona sería Andreu Buenafuente. Si fuera otra cosa sería Berto Romero (con amor).