¿Quién hay de nuevo? El espíritu libre de Javier y Guillermo de Córdova

Son gemelos, actores, pero lo dicen alto y claro: “no nos parecemos en nada”. Javier y Guillermo de Córdova son las caras del momento.

Si les pides un color, Javier te contestará verde y Guillermo, azul. Porque ambos actores, además de ser hermanos (¡y gemelos!) no se parecen demasiado. Nacieron en Cartagena (Murcia), pero desde muy pequeños encontraron su vocación dentro del mundo del arte dramático. Ahora vuelven a la gran pantalla, concretamente a la serie Caminantes, porque si les preguntas qué prefieren, si cine o teatro, ellos te contestarán que el proyecto. “Los dos mundos nos aportan cosas distintas. El cine es un trabajo mucho más contenido, más sutil, donde una mirada ya te está contando cosas. Sin embargo, en el teatro nos sentimos más vivos. El público te está viendo en directo y tú a ellos. Puede fluir una energía muy bonita, pero desgraciadamente no se paga como en el cine”, nos cuentan.

Siendo gemelos es imposible no hablar de las posibles ventajas o inconvenientes que pueden surgir dentro del sector. Por eso, Guillermo de Córdova es claro: “nos apoyamos más que perjudicamos”. Tuvieron la suerte de compartir una pasión. Así que, a los 15 años comenzaron su formación en distintas disciplinas. No obstante, son sinceros y confiesan que podrían apoyarse más el uno en el otro. “Y también podríamos aprovechar un poquito más lo que tenemos, porque no hay tantos hermanos gemelos que sean actores. No obstante, siempre ha existido un conflicto en lo refiere a nuestra relación profesional. Somos competencia directa, pero también somos nuestra mejor pareja de baile”, nos explican.

“Somos competencia directa, pero también somos nuestra mejor pareja de baile”, Javier y Guillermo de Córdova

Sea como fuere, pertenecen a la nueva generación. Por eso, cuando les preguntas si los jóvenes son el futuro no dudan en contestar: “claro que lo somos, pero sí nos dejan”.  Porque según Javier y Guillermo, las generaciones previas les han dejado el camino muy labrado y es cosa de “los nuevos” saber aprovecharlo. “Aunque no va a ser fácil. Aún nos queda mucha paciencia, escucha y cariño que utilizar. A veces, el problema es de las productoras y de su falta de riesgo en apostar por nuevas caras o nombres. El número de seguidores que tengamos en nuestro Instagram no quiere decir nada”, dicen. Sin embargo, y cada vez con mayor frecuencia, en esta ecuación también entra en juego el factor 360º. Pero, ¿tiene sentido en nuestro país? “Lo que está claro es que cada persona se especializa en lo que quiere. En España, un 360º todavía no es necesario, porque se pierde la ambición por ser un buen actor con la ambición de la fama. Además, no olvidemos que somos un país que tiende a encasillar a sus artistas. También somos conformistas, o al menos eso es lo que en muchos casos se percibe”, añaden.

Por eso, y ya entrando en materia dentro de la vida del actor español, Guillermo nos da el titular, porque “quien quiere ser actor en España, debe tener presente que va a trabajar mucho de camarero”. Sin embargo, al final del debate entre ambos hermanos, Javier nos deja ese halo de esperanza: “pero bueno, vamos poco a poco. Hay actores y actrices españolas que han roto barreras fuera de las fronteras y eso ha llamado la atención de los directores y productoras de aquí. Si ellos han podido, ¿quién dice que nosotros no?”.

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