El estilo yogui (que cambiará tu vida)

Porque el mundo yogui es como una revelación: quizá aún no la hayas descubierto, pero en cuanto lo sientas cambiará tu vida… Te contamos cómo es posible que el saludo al sol pueda ser mucho más divertido de lo que creías.

En otras disciplinas buscamos superarnos, dar lo mejor de nosotros mismos y conseguir cada día una nueva meta”, nos cuenta Almu Saywa, maestra yogui, mientras nos preparamos para una de sus clases. “En el yoga vemos hasta dónde podemos llegar y una vez que alcanzamos nuestro límite –el de cada uno–, nos mantenemos ahí, sin forzar. Y respiramos”, añade. Parece fácil, ¿verdad? Sin embargo, nuestro cuerpo está en continuo ataque-defensa y no quiere estar ahí. Busca superarse, busca no llegar…, pero es precisamente en ese punto, en el que empezamos a respirar, cuando algo cambia.

¿Pero qué cambia? “Es ahí donde sucede la evolución propia y natural del yoga, es en llegar a tu límite (que activa tu sistema nervioso simpático) y en permanecer en él respirando y relajando todos los músculos que no necesites para sostenerlo (que activa el sistema parasimpático) donde poco a poco va tomando forma el equilibrio y la unión cuerpo-mente”, nos explica Almu Saywa. Eso sí, te avisamos que engancha. Porque el yoga no solo se trata de meditación, de conseguir dejar la mente en blanco desechando los pensamientos que nos vienen a la cabeza, sino de equilibrar el cuerpo. Y la mejor forma de conseguirlo es a través de sus asanas – que traducido del sánscrito significa postura. Lo que comenzase por 66 posturas básicas y 136 posibilidades recogidas por Swami Vishnu-devananda en 1956, hoy se traduce en más 1.300 variantes. Así que no, no es sinónimo de aburrimiento.

Sin embargo, no todos los tipos de yoga son iguales. Hatha Yoga, considerado la práctica occidental moderna, es el más común y combina una parte física (un acercamiento básico a las posturas de yoga) con la respiración. ¿En el lado opuesto? El RayaYoga o yoga mental nos invita a la conversación con nuestro yo interior, a la meditación y a la relajación. Pero entre sus posibilidades más modernas en los últimos años ha destacado el Bikram Yoga, que con una duración de 90 minutos combina 26 posturas a una temperatura de 40,6º C, el Aero Yogapara los más acróbatas, que se practica en la ingravidez, en un columpio o telas que te mantienen ligeramente en el aire, o el SUP Yoga, que te invita a dar lo mejor de ti mismo sobre una tabla de surf.

Imagen: Fabletics.

Y si los beneficios del yoga son múltiples –nos ayuda a oxigenar nuestro cuerpo con una actividad cardiovascular suave–,  un aliciente es que son muchas las celebrities que se suman a la fiebre yogi y no dudan en compartirlo en las redes sociales. Miley Cyrus, Miranda Kerr,  Karlie Kloss o Jessica Alba son solo algunas de las que publican imágenes casi acrobáticas. Pero, ¿quién puede hacer yoga? “Todo el mundo–añade Almu Saywa–, pero teniendo en cuenta que no todas las asanas(posturas) son para todo el mundo. Antes de empezar conviene consultar con tu médico e informar a tu profe de tus posibles condiciones especiales (lesiones, tensión alta/baja, etc…). En función de esos factores se puede adaptar la práctica a las necesidades individuales de cada persona – y esto es lo más caracteriza al Centro Saywa”.

Dicho esto, si eres de los que ya está dispuesto a pisar una esterilla y sumarse al yoga, recuerda que el primer paso es abrir la mente. Un profesional podrá guiarte, pero eres tú quién ha de querer centrarse en tu respiración, tu postura y tu yo interior. Por supuesto, en una primera clase no serás experto “asistir a una clase 1 ó 2 veces por semana va consolidando tu práctica y tus costumbres: como respirar mejor, vivir con más atención y relajación…”, nos cuenta Almu. Pero ya te avisamos que la curva media de aprendizaje está en cuatro semanas. “Yo practico todos los días nada más levantarme… Necesito estirarme después de dormir, y comenzar el día con la mente tranquila”,añade. Por eso no es de extrañar que Almu lleve once años sin dejar de formarse, siempre estudiando y realizando workshops con gente a la que admira. Así que no desesperes, porque con la práctica conseguirás concentrarte más rápido y, además, realizar posturas y ejercicios casi sin esfuerzo. Porque la vida yogui sí que mola, ¿cuándo empezamos?

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