El café está de moda. Y eso es genial, porque nos encanta (y mucho). Cada vez son más los que huyen del torrefacto y apuestan por hacer de una de las bebidas más consumidas del mundo una experiencia de calidad. Tomar un buen café, no es tan fácil como pensamos.
Así, nace el specialty coffee, o café de especialidad. Una variedad del café que es sometida a una cata de expertos y que obtiene una puntuación superior a 80 puntos sobre 100. Se diferencia del industrial por su sabor, aroma y apariencia.
Una de sus diferencias es que este tipo de café, al ser más aromático, es menos amargo y contiene menos cafeína. Se obtiene de forma artesanal y respetuosa. Desde el cultivo hasta la recolección de granos manual pasando por el tueste. Todos los procedimientos pasan exhaustivos controles de calidad. Este factor condiciona no sólo al sabor, sino que además convierte al specialty coffee en un producto 100% ecológico y de comercio justo.
En cuanto a las variedades de café de especialidad, los expertos calculan que hay más de 80 en el mundo, pero destacan dos: la arábica, considerada la más antigua y fina; y la robusta, con más cafeína y menos aroma que la anterior.
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